Mamá, triunfe!!!!

Mamá, triunfé. Así de sencillo.

Triunfé de manera apabullante. Por primera vez en mi vida logre entrar no sólo a algo que tenía la etiqueta “Very Important People” (VIP), sino que una vez adentro, nadie nadie nadie intento sacarme bajo la pregunta cierta de “usted qué está haciendo acá??”.

Es que ayer fui a los cines VIP de la ciudad de México. Bueno, a uno de los cines VIP de esta ciudad. Por que son muchos. Y eso de “fui” también es una falta de rigor, me llevaron más bien.

Entenderán ustedes que pasar del teatro (especial atención a que ni siquiera se llama cine, sino TEATRO) Manuela Beltrán en el Socorro, a los cines VIP del D.F es un pequeño paso para la humanidad, pero un GRAN paso para mi, cierto?. Sobre todo, por que no me echaron de ahí por montañera (normalmente la gente lo nota).

Pues bueno, heme ahí. Como toda fecha importante que se respete, justo ahí, yo no llevaba mi cámara. Y si que lo lamente, por que debí tomarle una foto a los asientos de cuero (jueperca mano es que eso si es FINO, oiga), a las CARTAS al lado de las sillas para que LOS MESEROS!!!1 (si señor, es cine con meseros) te tome el pedido (no joven, ud no compra crispetas, ud ORDENA UN PEDIDO, capta la diferencia??), y a otras cosas por ahí.

Y no, no es que las sillas se reclinen, como las de Cinemark en Atlantis....no. Es que ud queda ACOSTADO, perfectamente acomodado (maldición no llevar una ruana) de manera que puede ver la película, en serio, como si estuviera viéndola en su camita. Obvio, tiene un extremo vicioso, si ud se acuesta de a mucho, pues queda viendo el techo...a todas estas, ¿cuántos de ustedes han visto el techo de una sala de cine?. Ja...yo ayer vi un ratico (eso de acomodarse fue complicado en esa vaina de cuero, sumercé).

Lo único malo fue que cuando por fin logre calentar la silla (juepuerca el cuero es frío, oiga) prendieron las luces y se acabo la película. Gracias. Y ahí uno entiende que en realidad no está en su casa: de mi casa no me hubieran sacado...taba yo tannnnn acomodadita.

Es la primera vez que me llevan crispetas a domicilio, (la orden se la llevan los meseros a su silla) por que aunque había la posibilidad de ordenar Sushi, a mi me dio miedo eso de hacer el ridículo con los palitos, y el sushi, y el tratar de ver la película, y la salsa...y alcance a imaginarme una escena muy vergonzosa, en donde yo por supuesto hacía volar por los aires un Californa Roll, y pues, me fui por lo “no tiene perdida”: Crispetas.

Admito que a mi el concepto de VIP me conflictua bastante, sobre todo por que para mi el cine es un ritual bastante sagrado. Sostenía yo que ir a que lo consintieran a uno de esa manera (gratis no sale, al contrario) pervertía el concepto y terminaba uno yendo a esos sitios era a comprar cariño, no a ver la película.

Ayyyyy, pero es que es tannnnnnnnn fácil acostumbrarse a que alguien te consienta así. Que demonios, probablemente si sea comprar cariño, pero pues, si está a la venta!!!. Viva el capitalismo!!!. (y a mi me lincharían ciertos amigos por el comentario, pero bueno).

Y pues bueno, al final no me echaron, me dieron el tradicional “gracias por venir” (jaujauajaujauajaujaauaa), y pase una tarde deliciosa.

Ahora, es cierto que al final me tuve que tragar mis palabras, pero pues, si todas las veces que tenga que hacer eso, la voy a pasar tan bien.....para cuándo la próxima??.