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Monday, March 19, 2012

Decisiones


Hace un año yo tome la decisión de empezar a hacer mucho mucho ejercicio. Puro despecho, lo sé. Puro cliché, también. Hace un año al mejor estilo “cuando me vuelvas a ver te vas a arrepentir” yo decidí que si podía tener disciplina para muchas cosas en la vida, podía tener disciplina para el ejercicio.

En algún momento que no tengo tan claro el ejercicio dejo de ser la rutina de “pues pa quedarse llorando en su casa, vaya al gym” y se convirtió en algo que me gusta mucho. Y de ahí evoluciono a grandes momentos y grandes recuerdos. Esos cómo y esos cuándos no los tengo tan claros, pero algo si se: Últimamente mis mejores recuerdos están de alguna manera relacionados con el tema de estar haciendo ejercicio.
En específico, de hacer bicicleta.

Rodar por la ciudad de noche, recorrer la pista del velódromo, ver el comportamiento del sonido en una bici, rodar por el carril de transmilenio, rodar con amigos,  y ahora, rodar por una carretera en la montaña. 

Yo nunca había hecho una rodada en la montaña, plena carretera, pues porque no tengo carro que me permita el chiste de sacar la bici a un pueblo a 3 horas de la ciudad para poder ir a rodar a un paraje lejano. El truco, como siempre, es saber quién si tiene esa posibilidad y esperar a que las situaciones se den para mejor.

Y cuando uno lo vive. Puffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff.

Dejando de lado mi evidente falta de calificativos, en serio se convirtió en uno de mis mejores momentos. Subir y bajar la montaña por una carretera vacía, mientras vez el atardecer. Sin ruido de carros, pero con todo el sonido que da la bici contra el asfalto. Sin gente pero con buena compañía. Sin presiones pero con todo el sonido de la montaña y el cambio de luz del atardecer. Y los paisajes, los paisajes…..dios…..es que no alcanzo a imaginarme cómo describirles el paisaje mientras uno asciende en una bici.

Sin mencionar, claro, las bajadas.

Entiendo ahora perfectamente porque la gente se compra una bici de ruta y sale a carretera. Es  OTRA cosa. OTRA vida. Que también exige otro cuerpo, claramente. Es decir, en el km 15 yo en serio iba hiperventilando por la pinche subida. Pero ohhhhhhhhhhhhhhh, la bajada. Y la luz. Ver como el contrareloj lo da el hecho de que oscurece....en serio, no tiene precio. 

Y por eso es que hoy estoy celebrando que yo hace un año tome la que ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.

Pd: sirva la oportunidad para una vez más darle las gracias a los amigos que hicieron este recuerdo posible. 
Pd2: Para que los de "allá se ubiquen, fue como subir y bajar de santa marta al rodadero. Eso fue lo que hice.