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Thursday, May 04, 2006

Escenario 1

Ud ha tenido un mal día. Lo supo desde que se despertó con frío en una temporada en donde no debería sentirlo. Lo supo desde que puso un pie en el piso: será un día muy largo. En la oficina estaba Don Incompetente. Y ud no tenía tiempo para Don Incompetente. Hoy tiene que estar casi en toda la ciudad, y aunque el horario de verano pueda describirse como “mas horas luz para que te jodan”, lo cierto es que no confía poder lograrlo. Además es terriblemente conciente de las distancias en esta ciudad. Y del tráfico. Y de que no hay nadie que la ayude con estos asuntos. Y además lo primero que se encuentra es a Don Incompetente. Don Incompetente borra con el codo lo que todos los demás de acá hacen con la mano. Es insoportable, mucho más hoy. Amargo hasta el café. Nada ha salido bien. Llamadas inconclusas, citas canceladas, Excel por todas partes, demasiado código y pocas letras.

Es una pésima tarde ya y tiene hambre. Solo que, claro, no tiene dinero. Tiene que ir al cajero, pero no quisiera moverse por que cada minuto perdido influirá en todos los demás desplazamientos. Pero no tiene otra opción, contra el hambre no se pelea. Decide salir y caminar hasta el cajero, aún a riesgo de Murphy.

Por supuesto, hay fila en el cajero. Cómo no, si hoy es un mal día. Una serie de eventos desafortunados. Eso es lo que es. Adelante suyo hay 3 personas haciendo fila. Justo enfrente hay un señor, que podría ser el papá de cualquiera, el hombre promedio, la masa hecha individuo.

El señor – ud calcula unos 35 o 40 años – se voltea la mira y sonríe.

Ud. Cree devolver la sonrisa, más por cortesía que por que quisiera sonreír, aunque está segura de que eso no salió bien y probablemente en su cara sólo haya un rictus parecido más a una mueca de asco, que a una sonrisa.

La fila avanza y es turno de aquel señor. Y el señor se voltea y le dice:

- Pase ud primero señorita. Creo que ud lo necesita más que yo.


El fulano aquel probablemente no tiene idea del gesto que hizo. No, no quería robarme (aunque la idea cruzo por mi mente), y tampoco es que tenía asegurado el cajero (aunque también lo pensé).

El hecho es que estoy segura, que el tipo no tuvo idea del empujón de animo que me dio. Fue mucho mucho más efectivo que toda una terapia de grupo, y una sesión de abrazo terapia. Sirvió mucho más, por que me recordó, que no importa cuan mal vayan las cosas....acá, me pasaran cosas que nunca allá.

O cuando coños a uno alguien en Bogotá le sede el turno en el cajero, y no es pa robarlo. NUNCA.

Así las cosas, aguanta vivir acá, no?.
Aunque si alguien se ofreciera para “encargarse” de Don Incompetente, se le agradecería en el alma.

3 comments:

patton said...

juajaujauajauajuajauaja.... en serio? No sería para vigilar su retaguardia? El tipo no tendría una gabardina negra y grande?

Ni crea, si hay gente así acá... incluso yo he he cho lo mismo (si uno nota el afán y uno no lo tiene ... nada se le quita), y no sólo éso sino que hasta en los cajeros que son dos juntos convenzo a la gente que haga una sola fila, que si hacen dos filas se demoran más, que no sean bestias... ¿así o más anacupro?

XimenaKlemengettingmarried said...

pues, que buen tipo... aveces hay que ser mas considerado de lo normal. ceder el puesto en el bus cuando es obvio que parado esta sufriendo mas el otro, cuidarle el puesto a alguien en la fila, ,..... en fin..
ayer fui a hacer mercado y tenia mil vainas por pasar en la caja, y una señora estaba buscando la caja mas vacia para pagar un pinche tarrito de algo, no se que! yo la deje pasar primero que yo.... TAN CONSIDERADA YOOOO!
JAJAJAJA!!

JuanFalla said...

Wao..... que dia el que estabas teniendo. Te imaginas cuando uno hace algo asi para otra persona???
Sera que uno lo hahecho? Hacer sentir asi a un completo desconocido?

(Por aca re-apareciendo)