Gripa Azteca

Yo le hecho la culpa a la gripa aviar. Con esto de la dichosa gripa de los pollitos ahora uno no se puede enfermar sin que sea algo “gravísimo” y haya que ir a urgencias, y por que no le hacemos algún tratamiento, y..virgen santa, ya ni enfermarse en paz puede uno.

Por que yo soy de la generación del “échele café”. Osea que me tengo que sentir muy muy muy muy muy muy mal para que acceda a ir al médico. Mucho más después que salí con un médico y comprobé en corazón propio que esos manes no tienen hígado alguno. Ya ni digamos corazón.

Y además, tiene más defensa la selección Colombia ( o los Pumas pa hacer el chiste local) que yo. Es decir, siempre he dicho que vivo la vida entre gripas. Que le vamos a hacer. Mis defensas no son buenas, y ello me ha llevado a entender de corazón (y flemas) a los técnicos que todo el mundo odia por que siempre pierden. Créanme, es algo superior a ellos.

Y entonces es mejor que una se quede en casa. OK, admito que ese consejo si lo seguí por que la verdad después de la noche de espanto que pase gracias a la maravillosa tos de tísica crónica que desarrollo con las gripas yo no tenía ánimos para subirme al mundo. Y el mundo puede vivir sin mi, lo hemos visto antes.

Pero empezó el desfile de remedios, comenzando eso si por los “caseros”. Aclaremos que los remedios caseros de acá no son parecidos a los de allá. Para empezar, y aunque muchos no me crean, los remedios acá ¡!!PICAN!!!!. JA...pueden creerlo???. En determinado momento de la mañana yo no sabia si estaba tosiendo por la tos en si, o por que el dichoso caldito de pollo que me habían traído bien podía servir para un concurso de valentía: macho el que se lo tome.

Sin embargo, haberle dicho a los de mi casa (lo único bueno es que acá tengo que me atienda) que mejor lo dejábamos en el sacrosanto jugo de naranja que es el mismo en todo el mundo y al que mas o menos estoy acostumbrada, en realidad fue un error.

Un error por que pasaron a métodos más drásticos. Bueno, en realidad pasaron después de que puede hacerles entender que cuando yo decía que iba a llamar a la droguería, no es que me fuera a conseguir mi dosis personal de coca (¿¿la coca quita la gripa???) sino por que me estaba muriendo (un poco en sentido literal) por un advil para el dolor de cabeza.

Nota mental: uno acá llama a las farmacias y pide medicinas. Si llamas a las droguerías y pides una droga...bueno, la verdad no ando de animo para “experimentar cosas nuevas”.

Pero llegaron las medicinas. Todas con nombres rarísimos y complicadísimos. Hay que ver lo mucho que uno puede extrañar el desenfriol, el dolex (pueden creer un país sin dolex!!!) y el cebion. Sin embargo, demostrando una confianza casi estúpida decidí creer en el criterio de los de mi casa (los mismos del caldo de pollo con chile) y comprar lo que ellos dijeron que me iba a hacer sentir mejor, y mi porción de advil. Dios bendiga la globalización y que el advil sea advil en todo el mundo. Advil, mi patrocinador oficial.

En realidad lo que uno mas agradece es que todos estos remedios para la gripa funcionan bajo la receta infalible de “no podemos quitártela, pero al menos podemos dormirte mientras tanto”. Todos son un batazo de primera categoría a la cabeza. Y empieza uno a soñar las cosas más extrañas (sobre todo si estas oyendo la W de fondo mientras tanto) producto de una mezcla de medicinas, fiebre, y gripa.

Eso son mencionar que dada mi maravillosa tos (muy sepsi sobre todo) mi mamá política insiste en que me ponga un sweter, aun cuando afuera deben estar haciendo sus 28 grados, y en mi cuarto yo creo que más. Y ella insiste: ABRIGATE!!!!!

Lo cual demuestra que las mamas tampoco es que cambien mucho con las fronteras. El curso de “ya que lo vas a tener, aprende a criarlo” debe ser universal.

Creo que al final, gracias a la gripa aviar, es mala idea eso de enfermarse para saltarse un día laboral. Sobre todo cuando no se enferma uno en su propio país (voy a llorar sin el desenfriol).

Mañana, díganme lo que me digan, yo voy a trabajar. Allá estaré más segura.