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Thursday, March 30, 2006

De privilegios raros

Yo confieso – ante vosotros hermanos – que a mi la sensación se me había olvidado. Es que (aunque suene presuntuoso) hacía mucho tiempo que yo en realidad no me dejaba sorprender. Aprende una a quitarle el misticismo a todo, y a “pensar con cabeza fría” y claro, pierde mucho una, pero no se da ni cuenta (como dice el bolero).

Y es que daba mi buena fortuna yo he tenido el raro privilegio de estar muchas veces en sitios en donde muy poca gente ha estado. No son exactamente exclusivos, por que eso suena muy fashion, y yo de fashion mas bien caigo en el extremo del “no te lo pongas”. Habló de sitios de “difícil acceso”, incluso para la gente fashion. Sitios, lugares, eventos y demás de esos que el común y la gran mayoría ve es por televisión, y que yo nunca he sabido muy bien como terminó metida ahí, con el NO PERTENECE tatuado indeleble en la frente, y con cara de “auxilio mamá”, siempre.

Pero pasó con el tiempo que descubrí que si estaba en sitios privilegiados pero con personas poco privilegiadas. De hecho, mas bien, con gente francamente peligrosa. Entonces deja uno de pensar en la arquitectura y se preocupa por “salvar el pellejo”, y claro, al carajo el misticismo y el “mamá-adivina-donde-esta-tu-hija”, para cambiarlos por un “a-que-hora-me-puedo-ir”.

Eso, hasta el lunes. En donde por obra y gracia del consabido: “es que ella no es de acá, y esta de visita, y mañana mismo toma un avión de regreso para nunca mas volver” (aunque no haya nada mas lejos de la realidad) me permitieron entrar (bueno, nos, pa ser rigurosos) a la Cámara de Diputados de México.

Por el sondeo que he hecho, poca gente de acá la conoce de verdad. Es decir, ha entrado. Es decir, la ha visto ahí, in situ...en esa alfombra verde que parece como si nunca hubiera sido usada, gracias, supongo yo, a la pertinente insistencia del pelotón de limpieza que también me toco ver.

Aclaro, eso si, que como siempre que yo estoy en esos sitios de “mamá-adivina-donde-esta-tu-hija”, aunque esta vez no se pudo la llamada por que salía un poco cara, jamás me han dejado tomar fotos, jamás me han permitido una prueba reina – ni, reina – y por supuesto, como siempre, les tocará creer en mi palabra. Bueno, en la nuestra, para ser rigurosos.

Pero el edificio tiene ese calor que tienen los edificios chiquitos pero bonitos. Bueno, chiquito pa México. Por que francamente estaba yo preparada para ver un recinto con el titulo de “es la cámara de diputados mas grande Do mundo”. Pero no. Es chiquito, y bonito. Bonito es poquito, definitivamente. Claro, yo que conozco (más de lo mismo) es más grande que la cámara de diputados de allá y francamente como mas aseadita y mas “de la casa”. Pero las comparaciones son odiosas, y hoy no tengo ganas de ser odiosa con nadie (aunque evidentemente he sido muy presuntuosa), así que mejor dejamos así.

En todo caso es muy bonito. Con esa solemnidad que tienen los edificios de gobierno, que siempre lo hacen a uno dudar de a qué horas fue que esta gente se confundió, si todo era tan bonito. Y todo tan blanco, y tan puro, y tan tan bonito...que una hasta alcanza a creer que de un sitio así tienen que salir puras cosas buenas (jejee, la inocencia, que todavía me asalta).

Y vuelvo y lo digo, dios - o Dios, si uds quieren – bendiga la costumbre mexicana de aquel entonces por “imitar el estilo europeo”, por que en este copiémonos de los de allá les salieron cosas más bonitas, o al menos distintas, y que igual cautivan, y te estremecen, y quisieras tener las palabras adecuadas para describirlos (si tan sólo yo supiera de estilos arquitectónicos).

Pero lo mejor fue la sensación. La sensación de “muy poca gente conoce esto”, de ser una privilegiada y de tener una buena historia entre manos. Por que, como bien me dijo alguna vez un entrañable amigo, “cuántas personas conoces que puedan contar eso”.

Bueno, respecto a lo del lunes: una.

3 comments:

Skene said...

si definitivamente ese lugar tiene un halo muy peculiar, y si algo es realmente loable es el trabajo de la gente de limpieza, recuerdo que una vez mi abuelo nos platico una historia increible sobre ello [ yo insisito en que eran imaginaciones de mi abuelo ], segun se limpiaba cada dos horas, se usara o no...

Historias del abuelo . . .

azm said...

Ahora sí que yo ambién levanto la mano sin ser requerido, porque también la conozco. En efecto el lugar está muy bonito, la alfombra verde (que es más elegantiosa que la roja) está muy limpia y todo lo demás. Pero cuando empezaron abrir la boca los diputados y una diputada salió con su quesadilla de queso en pleno debate se le fue el encanto.

JuanFalla said...

Yo nunca he entrado al congreso de la republica en Bogota. Sera bacano? Por lo menos por television no se ve ni medio interesante.