Thursday, December 28, 2006
Piñata
Uno siempre ha oído lo importante que son por acá las piñatas. Pero solo, hasta esta navidad, entendí que buena parte de4 toda la celebración de las posadas (las novenas aztecas), y del 24, gira entorno a la piñata.
Yo no podía recordar la última vez que le había dado a una piñata, y sin embargo, todos con quien estaba recordaban perfectamente no sólo las piñatas que ellos habían partido, sino que tenían toda una historia generacional a partir de las mismas.
Para empezar, están llenas de signifaciones. Que son siete picos, por que siete son los pecados capitales. Que las vasijas originales eran de barro por que el hombre fue hecho de barro. Que quien le pega tiene que tener los ojos vendados, por que los pecados los rompe la virtud, y la virtud es ciega. En todo caso, yo jamás creí que tuvieran toda una mitología alrededor del hecho simple de agarrar a bastonazos una figura de cartón hasta que se rompa.
He de confesar, que es bien terapéutico. Primero, te vendan los ojos y te dan tantas vueltas como años tengas. Eso, para aquellos que ya estamos más cerca de las 30 vueltas que de las 10, es igual a un mareo de primera categoría, como si uno se hubiera tomado la botella entera de vino, que estaba esperando por mi.
Después, cantan. Tal cual. Hay una canción con la cual los que si ven (y no están que se vomitan) van guiando al que tiene que pegarle a la piñata, que para ese momento es un peligro potencial pues anda dando batazos a diestra y siniestra. Y sin embargo, si uno le atina, hay que darle con todo, como sino se le diera una piñata sino a la vida misma, a este año tan raro, a la distancia, y a la ganas de....en fin...terapéutico, decía.
La piñata, acá, a diferencia de la nuestra no está rellena de dulces y marikaditas solo aptas para atorarse en las gargantas de niños de 3-8 años. No, esta rellena de frutas. Tal cual. Del cielo cayeron mandarinas, jicamas (que tienen el aspecto de una papa, pero son dulces), cacahuates, manzanas, guayabas....y no tenían limones, por que de seguro nos habríamos puesto a hacer limonada (si del cielo te caen limones....aprende a hacer limonada).
Yo insisto que tiene su riesgo. Un manzanazo a determinada altura y ud tiene un lindooo chichón por el resto del año. Pero al parecer, está todo fríamente calculado (como todo en el país) y al final nadie en realidad rompe la piñata a batazos. Un “grande” se acerca y la parte para que las cosas caigan, a no tan alta altura.
En todo caso es divertido. Tiene su encanto. Ver como todos saben todo sobre piñatas, y como hay todo un protocolo alrededor, que es igual de importante a nuestra novena de aguinaldos y el veno no tardes tanto.
Eso si, gracias al chistecito de andar partiendo piñatas a 6 grados yo tengo una peste asquerosa, que amenaza con no dejarme el año entero.
Pd: La foto, la tome de una representación de la piñata al lado de un pesebre muy azteca (con mariaches y todo) que están exponiendo por toda Reforma por estas fechas.
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4 comments:
ajem... la jícama NO ES DULCE!! de hecho, se le pone chilito y limón... ñam!
Yo probe la jicama . . . pero guacala !!!!!
Fue de las poquitisisisimas cosas que no megustaron de mi vida en Centro America
Pero es terapeútico y trascendental. Eso es lo que vale.
Ferliz, aunque mocosa ... post navidad, supongo. Los mocos ya pasarán. Cuídese, porfa.
Instead of criticism write the variants is better.
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