Y así es como se hace una adicta.

Un buen día un compañero de oficina te dice que si ya probaste “lo más nuevo del mercado”. Y claro, uno lo prueba, sólo para saber a qué sabe. Al otro día, el mismo compañero te dice que “terminalo tu, que yo ya no puedo más”. Y claro, una que ya sabe a que sabe, se anime y se lo acaba....

Y justo en ese momento....una está perdida, y es una adicta...

A las papas sabritas de habanero con limón.

Abró parentesís para los de allá.

El habanero es el chile más fuerte de los de acá. A mi me consta que una sola gota de salsa de habanero y uno está tosiendo como 4 horas por que no soporta el ardor. Es de esos chiles que te duerme la lengua y los labios. Que alborota la gastritis, y que ahora, viene en las papas Sabritas, que es la tipica papa de paquetico.

Cierro parentesís.

Es horrible. Pero de un horrible que ya pudo conmigo. Me encanta. Me he hecho adicta a esas papas. Te matan, pero saben tan rico, que no puedes dejar de comerlas. El primer paquete que me comí completo, me durmio la boca completa, me alboroto la grastritis, hizo que hasta se me escurrieron los mocos...y me lo comí, completo, nada más por que en determinado momento sentí que no había mas opcion: o me las comía, o me moría. En blanco, y negro.

A estas alturas, ya se exactamente que tiendas del barrio lo venden (es lo último en guarachas y no está en todas), la tienda de la esquina de la oficina, las vende, y una señora cerca del metro que me sirve, tambièn las vende. Y ya, con esos 3 expendedores de confianza yo creo tener garantizada mi provición de papitas de habanero y limon.

Y por eso hoy vengo acá, a decirles de frente y sin agüero, que yo, soy una adicta. Pinches sabritas de habanero y limón.

Y que levante la mano el que me entienda.