Amores que matan

Digo, uno agradece el detalle de la mona que adopto al cachorro cuando perdío a su propio hijo. Es un noble gesto. Pero tienen que fijarse en la cara de espanto del pobre perro, que sabe que se va a morir, y rápido, al menor descuido de esa "nueva madre", cuando caiga de las alturas.

Me pregunto si el perro no hubiera preferido seguir "solo".

Post dedicado a toda esta gente que no comprende que no es un cliché. Es que a veces es mejor estar solo, que mal acompañado.

Foto tomada de "El tiempo"

Queremos rooooooooooooockkkkk!!!

A mi nadie me cree esto, pero yo jamás fui a un Rock al Parque en Bogotá. Siempre me pareció que eran demasiados “mariguaneros” juntos. Sip, esa clase de persona era yo allá. Así que aún viviendo a escasos pasos del Simón Bolívar jamás fui a un Rock al Parque. Y eso que tengo varias amigas que con religiosidad iban y regresaban absurdamente lavadas, pero felices (han notado que siempre llueve en Rock al Parque?). Y yo, jamás.

Pero bueno, eso tiene de bueno México. Y el asunto este de cumplir 30 años, de que tanto he hablado. Así que este año me apunte a un plan mucho mejor. Ir a Vive Latino en el D.F. Sin importar que, en efecto, eso fuera mucho maniguanero junto. Que uno ya no tenga la misma energía para estar bailando ska desde las 5 p.m. hasta las 10 p.m. sin pedir al menos “30 minuticos de descanso hermano”.

El asunto acá, como siempre, es mucho más grande. Es decir, si es un festival de rock, pero tiene la pendejadita de 3 escenarios distintos. Y además, no es gratuito, pero como si lo fuera, por que hay que ver la cantidad de gente tan absurda que había. Y fue curioso ver que SI estaban requisando a la gente a la entrada, pero como siempre, el requisado es más inteligente, por que la cantidad de hierba que había adentro era francamente envididiable. Ya daban hasta ganas de compartir….

Según mi hermano político mexicano (con el que fui) uno no puede decir que fue a un concierto de rock, si en algún momento no sale medianamente golpeado. Yo cumplí a cabalidad con la regla por que en algún momento en el que algún chistoso se puso a lanzar hielos (si, cubos de hielos) a diestra y sinistra yo tuve la suerte de que uno cayera en mi cabeza. Si, esa es mi suerte. Así de precisa. En un escenario como el Foro Sol de México, con cientos de personas más, el hielo que alguien lanza, me cae a mi. Con toda seguridad. Nada grave, un poco de sangre, un poco de dolor, y creo que estaban más asustados lo que estaban al lado mío…finalmente, yo me estoy descalabrando desde 1978 con mas o menos cierta regularidad.

Vi a Panteón Rococó, a Bersuit (GRANDES!!) a Los Auténticos Decadentes (muy buenos) y otro par de grupos mexicanos que realmente, ni fu ni fa. Pero me divertí mucho, y lamente mucho nunca haber ido a un Rock al Parque en Bogotá. Si son un grupo grande de maniguaneros, pero ahhh, como la pasa uno de bueno.

Sirva el video que dejo a continuación, para cumplir con un trato que tenía firmado desde tiempo atrás, y para dejar constancia de la única cosa que si no me supe explicar. A ver si uds logran entenderlo. (En un futuro cercano los críticos dirán que el video sirvió también para hacerle un pequeño homenaje al libro que ahora me tiene jodida la cabeza. Tendrán toda la razón).

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Estadisticas

Las estadísticas nos dicen que “El 44% de los mexicanos cree que los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), muertos en un ataque del Ejército colombiano contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en territorio de Ecuador, realizaban una investigación académica”.

Lo que no nos dicen las estadísticas es que de ese 44% hay mucho que son, palabras mas, palabras menos, tan normales como cualquiera. Lo se por que hace un par de semanas estaba en una comida con unos amigos y otros conocidos y me encontré con al menos 4 de ese 44%. Tipos normales, con los que hasta ese momento, además, había compartido un par de reseñas de cine, unas recomendaciones de libros, de recetas de cocina. Vaya, hasta habíamos estado de acuerdo en lo que queríamos ordenar.

A mi en lo personal me parece más grave eso, que el hecho de que sea un 44%. El asunto acá es que no le estamos hablando a extraterrestres, a gente “sin educación” a personas que no “entienden nuestra realidad”. Aunque bueno, claramente no. Pero cómo hacer?. Cómo le explica ud a una persona, que para todos los demás efectos le parece “un tipo normal”, que no, que uno no se mete a un campamento guerrillero de paseo?. Cómo?. Ahí les dejo el reto.

Me asusto, además, ver cómo no es un problema de educación. Un par de ellos tenían hasta una maestría en el extranjero. Es sólo, que estaban en total desacuerdo con el Gobierno Uribe (cosa en la que TAMBIEN tenían mi apoyo) y entonces, por default, le daban el crédito, o al menos el beneficio de la duda, a las FARC. Y me perdonan, pero ese beneficio de la duda nos va a acabar. Jamás podremos explicarlo.

Yo al menos, es hora de admitirlo, no pude. Me fue imposible, y antes de permitir que los ánimos se exaltaran y termináramos en una pelea tonta (de lejos todas las peleas sobre la “patria” parecen tan tontas) cambiamos de tema. Creo que hablamos del clima. Y algo más de música, en la que también estuve muy de acuerdo con ellos.

Pero viene siendo hora de que lo admitamos, la pelea por hacernos entender, y dejarle ver al mundo lo jijueputs que son las FARC, la estamos perdiendo. Como casi todas las demás.

Y si fuera ella??

Lo terrible de haber visto Michael Clayton es que yo si podría ser ella. Lo se. Lo entendí al minuto de empezar la película, con la escena del ataque de pánico. Nada más cercano a la realidad que un ataque de pánico en un baño de una oficina. Y la sudoración excesiva, y el miedo puro, y la falta de oxigeno. Se perfectamente lo que es eso.

La pregunta suelta fue brutal: “cómo logra el balance entre su vida personal y su vida laboral”. Balance?. Error, data no found. Esa palabra no aparece en mi diccionario, y tal pareciera, en el de ella tampoco. Aunque bueno, uno siempre se queda con “el balance está en hacer lo que a uno le gusta”. Aunque sea mentira, aunque sepamos que es mentira. Eso no es balance, eso es poco menos que un pajazo mental.

La pregunta después de años de canciones “protesta” sabe a basura pseudointelecutal y trasnochada, pero a mi me parece que sigue siendo justa: ¿hasta dónde debemos respetar las fronteras?. Es decir, claramente mandar a matar a alguien es un exceso….pero, siempre se empieza por mucho menos, no?. Las copias para uso personal, el abuso en los horarios de los conductores, las pilas para el MP3 personal, los gritos, el “don de mando”, la omnipresencia del que “puede firmar”. La vida laboral fácilmente te puede convertir en ese personaje. En ella. Y quién te puede culpar?.

Un día decides que no puedes seguir viviendo así, por que no soportas ni tu imagen en el espejo y por los ataques de pánico ya no dan tiempo para llegar al baño. Cambias de vida, y hasta de país. Decides que “nunca mas, como el cuervo” un cargo de poder, nunca más ordenes. A partir de la fecha, y sin excepción se mandaran todos los correos con el encabezado de “por instrucciones de XXX”. Son órdenes de alguien más. Nada es personal. En el fondo, y uno lo sabe perfectamente, estás intentando con todas las fuerzas no ser ese personaje. No terminar tus días atrapada por tus mismas palabras, y sin poder respirar mirando de cerca la alfombra de la oficina.

Siempre me dije que mi vida sería la vida de una “ejecutiva exitosa” y eso fue lo terrible de ver Michael Clayton….que yo bien podría ser ella. En otro mundo, y en otra vida. O no?.

Tobias

En lo que bien podria ser su foto de carnét.

Pregunta Simple

La lavandería al lado de mi casa es, también, un despacho contable. Mi pregunta, de dos meses para acá siempre es la misma: ¿Quién lava a quién?.

Chiste para los locales: Si alguna vez necesitan un "Contador Patito" yo se donde lo encuentran.

Chiste para los de allá: Cuánto tiempo duraría abierto un local asi en Colombia?". Digo, se vale lavar dinero....pero hay alguna necesidad de ser ASI de cinicos??.

How Bizarre

La semana pasada le dije a un amigo mexicano que era una lastima, pero que ya pocas cosas de México me sorprendía. Fue todo un reto. Ahora, se dedica a mostrarme vainas raras, por oficio.

Con uds "Peter, the kid", más conocido en el resto del continente como "Pedro Infante". Yo amo a Padro infante, y claro que pagaría por un muñeco así, nada más para escucharlo silbar "Parece que va a llover" o para oirlo gritar "se murióoooo el toritoooo".

También es que hay que admitir que a mi los cliches mexicanos....me pierden.

La región más transparente

Y entonces un día le piden a uno que siga su vida, normal, aún cuando los titulares de las noticias dicen que la calidad del aire en el Valle de México fue "entre mala y muy mala".

como bien diria un amigo mio hace años: "nosssssssssssssss vamossssssssssssss a morir".

PD: Y pensar que hay por ahi la que se queja por las langostas...ja!! viva en medio del smock y hablamos

Apuntes de vivir sola en México.

1. Vivir sin televisión no es tan difícil. Aunque odie la eterna discusión con los locales por que yo vivo sin UN televisor, y para ellos me hace falta UNA televisión. Aunque bueno, el otro día logre ganarla explicando simplemente que hace tiempo deje claro que a mi me gusta el genero masculino y no respondo por los demás. Siempre meterse con algún tema sobre la sexualidad los deja callados. El hecho es que nunca había vivido sin un televisor, y creí firmemente que me iba a dar más duro. Pero no. En realidad he descubierto que uno termina no extrañando el ver televisión cuando siempre hay alguna buena conversación, algo que cocinar, algo que limpiar, algo que arreglar. Ha sido todo un descubrimiento.

2. En México, al bueno en buena parte de la ciudad, no existen los porteros. Fue toda una revelación darme cuenta de que no, no hay un portero. Nadie. A mi el tema me hace “ruido” sobre todo por que los años que viví sola en Bogotá mi portero era todo. Era quien me avisaba de las facturas sin pagar, vigilaba la entrada de mis amigos a mi casa (muchos tenían su propia llave), e incluso controlaba a la gata de cuando en vez. Yo en esos años no hubiera sido NADA sin el portero. Y ahora que no lo tengo, descubro también, que no, que si puedo manejar las cosas sin necesidad de tanta ayuda. Pero es raro, tenía a “los porteros” en mi lista de profesiones con las que yo me llevaba muy bien. Me llevo, creo. Ya ni se.

3. Así me toque pelear con mi administradora y con mi compañera de apartamento es un hecho. Yo quiero un gato. Y no pienso seguir viviendo sin una mascota. Es complicado explicar esto, pero para alguien que toda su vida ha tenido algún tipo de mascota, es muy muy difícil vivir sin una. Yo se que me amarro bastante, es más, se que probablemente si me voy de México termine también regalándolo como con Atenea. Pero no me importa, yo quiero un gato.

4. Sea el momento de decirlo una vez más: el regresar a casa caminando, hace mi vida mucho mejor.

El Libro Vaquero

Sirva una vez más la ocasión para declarar que México es GRANDE.

Hace mucho tiempo no me sorprendían con algo Mexicano, como cuando ayer me mostraron el “Libro Vaquero”. Y pensar que llevaban como un mes diciéndome que tenía que conseguirlo y yo no había querido hacerles caso. Craso Error.

Hace mucho, además, no tenía un tema para postear tan increíble. Yo dudo mucho que los de allá, sobre todo la parte más conservadora de mis amigos, me crean esta historia, pero que le hacemos. Es verdad.

El libro Vaquero es la mayor publicación de México. 450 mil ejemplares semanales. IN YOUR FACE a los periódicos. Limpió, directo y sin mayores pretensiones. Se trata de una revista de comics hecha para, bueno, la población mexicana (no encuentro mejor forma de definir el target de esta revista) cuyas historias están basadas, como su nombre lo indica, en cuentos de vaqueros. Vaqueros gueritos (a.k.a monos) con mujeres, bueno, vamos a dejarlo en que uno no ve mexicanos así en el metro. Pa evitarme problemas.

Son comics al mejor estilo de los comics de los 50´s. Nada de antihéroes, o paisajes urbanos, o problemas modernos. NADA. Un vaquero bueno, uno malo, una balacera, una o dos escenas de cama (al detalle) y el final de la historia. Con esa formula ganadora tuvieron una época de más de un millones de ejemplares, pero luego llego TVnovelas, su – hasta el momento – mas grande competencia (y en serio díganme que al respecto uno no podría decir mucho!!1).

El libro vaquero es tan popular en el país que se ha convertido en uno de los medios preferidos del gobierno para publicitar sus programas. Así como lo oyen. En comics. El asunto es que junto al libro tradicional encartan una pequeña historieta sobre el programa que quieren patrocinar. Tengo en mis manos una sobre una mujer que siembra manzanas con ayuda del programa de gobierno, y créanme, NADIE se va a fijar en las manzanas. O lo que es lo mismo, yo quiero ver en que parte del campo mexicano hay una vieja ASI sembrando lo que fuera!!.

El asunto a mi me tiene encantada. Anoche una amiga me reprendía por mi gusto por lo “populacho”. Bueno, créanme, esto es Kitsch a más no poder. Más raso no lo pueden hacer, incluso la sección de “consejos al imigrante” que patrocinado y todo por la cancillería del país, decide publicar tips para los que van a cruzar. Es increíble.

Les dejo, a manera de prueba “reina” una probadita del libro vaquero, del que por supuesto, ya tengo muchos muchos ejemplares.

sueño de una noche de verano

Gracias a los adelantos de la tecnología yo puedo compartir con los que están lejos casi todo lo que hago día a día. Puedo grabar video, audio, tomar fotos, escribir, conectar la webcam, compartir la música, los documentos, el calendario, todo. O bueno, casi todo.

Ahora que en México empieza el verano (el que siga creyendo que con este calor esto es primavera que regrese cuando no sea tan iluso) recuerdo que aún con todos los adelantos de la tecnología yo no puedo compartir los olores. Y resulta que el barrio en donde ahora vivo huele a lo mismo que olía la Bucaramanga de mi infancia. Sobre todo en las noches.

Las noches de tierra caliente deben ser iguales en todo el mundo. Sobre todo si uno vive en una ciudad de casas, en donde la gente aún abre la puerta y saca las sillas al frente para recibir un poco de la única brisa que corre tranquila. Y hay algo con ese olor a tierra caliente, a brisa, a pasto verde, al día que ya se acaba….que a mi me devuelve inmediatamente a la Bucaramanga de mi infancia.

Cuando yo era niña todas las vacaciones las pase en casa de mi abuela materna (la nona) en Bucaramanga. Era la ciudad de todos los primos y la única ciudad en donde nos dejaban salir hasta las “indecentes horas de la noche” sin mayores problemas. Éramos tantos primos, y siempre andábamos en grupo, que nadie venía ningún problema en que caminábamos de noche de casa en casa mientras recogíamos más gente para jugar a las escondidas, o comíamos en todas las cocinas que se nos atravesaban.

De vez en cuando los paseos incluían a mis padres que también iban a descansar un rato, y entonces salíamos los cuatro de noche, a casa de algún primo a celebrar alguna novena o el cumpleaños de alguien, que bien podía ser el mío. Eran noches de verano, tranquilas, frescas, con el ese olor a tierra caliente, con el pasto un poco fresco, con la gente en las calles, con la alegría de poder caminar 4 cuadras in morir asfixiado…..a eso me huelen a mi las tardes de verano.

Ahora vuelvo a vivir un verano como tal. En las noches, aprovechando que si se puede, me gusta regresar caminando hasta casa, y me voy por toda la Condesa, evitando las grandes calles, conociendo y recorriendo el barrio y viendo la gente. A veces me gusta tanto el barrio que ni siquiera prendo el reproductor de MP3. Muy pocos saben que lo mejor de las noches, son los sonidos.

La gente de la condesa, la que no vive atrapada por los bares y los antros de las grandes avenidas, es gente de casa. Es decir, esas casas que tienen portón y contraportón. Y que salen con sus mecedoras al frente para recibir la brisa que a esa hora si corre. Muchos, pero muchos, están paseando a sus perros, y hay algunos muy inteligentes que aprovechan esa hora para hacer ejercicio. Los entiendo, si de correr se trata, yo también prefiero que sea cuando ya no está el despiadado sol de las 2 p.m (y sus 34 grados centígrados).

La magia de todo el asunto, es que bordeando las calles pequeñas, y dando grandes rodeos por la Condesa, siente uno que en realidad se fue a vivir a una ciudad pequeña, y de tierra caliente. Como la Bucaramanga de mi infancia. Me pregunto cuánta gente mexica sabra en realidad que la Condesa es mucho más que la Calle de Tamaulipas y el Pata Negra?. Yo apostaría que muy pocos...si acaso los afortunados que preferimos caminarla

El problema, en realidad, es que no se han inventado el aparato que permita extrae el olor de las noches de verano en tierra caliente, los junte con mis recuerdos de infancia y me dejen compartirlos con los que están lejos.

Habrá que seguir esperando.

Duda

¿Cómo se le dice a un autorretrato que no hizo uno?. (la pregunta tampoco es del todo mia....hace mucho la leí ya no recuerdo donde)

Tomada de phdcomics.com.

Sirva la ocasión

“El estudio tres se colma de la no-tribu, esos jóvenes que ya no vemos porque no deciden hablar a través de su maquillaje. Son novios tomados de la mano, grupos de amigos de la universidad, primos, gente que ha concursado para obtener los boletos en MTV. Se ven – digamos – normales, en sus camisetas holgadas, los jeans, los tenis sin marca. Nadie exhibe el instante congelada en que se prensó un clip a los parpados, nadie se puso spray como si su cabeza fuera un grafiti en 3D, nadie trae botas hasta la rodilla”.


Tomada de la Gatopardo de este mes, solo para explicar que en México también hay espacio para nosotros. Los normales....

Algunas cosas si van a cambiar.

Yo en Colombia coleccionaba la Gatopardo y la Soho. Las coleccione desde que salieron por que tengo heredado desde mi abuela esto de coleccionar revistas (ella con su infaltable “selecciones”). Descubrir la Gatopardo acá en México ha sido un gran respiro, pero la ausencia de la SOHO ha sido siempre una perdida.

Hace un par de meses me mandaron desde Colombia, como regalo, la revista SOHO de colección. Esa, sabrán uds allá, en donde por un lado es para mujeres, y por el otro es para hombre. Así, en una de las portadas está una vieja embola, as usual, y en el otro, está el Tino Asprilla como dios lo trajo al mundo.

Esa revista, junto con las Gatopardo de acá, están ahora en mi casa en la mesa de centro de la sala. Es nuestro único adorno (además de una pirámide que no se quita de esa mesa) y un par de plantas que nos regalaron. Escribo en plural, no por que tenga problemas con la primera persona del singular, sino por que en esa casa vivimos dos. El asunto iba muy bien hasta que empezaron a ir amigos mexicanos de visita por que “estamos muy cerca y vamos a caer”.

El problema, claro, no son los amigos. A mi siempre me han encantado esos planes. Yo se que en el fondo es admitirse un poco “el desparche” de la gente, pero creo también que habla de la confianza y la comodidad que sienten estando con uno. Nadie va a hacer visita a una casa en donde no se sienta a gusto. Así este debajo de la puerta.

El problema es que absolutamente TODOS mis amigos/as mexicanos se han escandalizado con la SOHO. Al punto, en que hemos decidido censurarla y arrimarla en un montón de mi cuarto. Todas las conversaciones empezaban con “ayy que revistan tienen” y de pronto los ojos como platos, el “pero qué es esto”, el “dios cristina, en serio” y las mil y una explicaciones consecuentes. Y ya me canse de explicarme

En Colombia no era así. Mis amigos y mi novio a la fecha (la misión médica) amaban que fuera yo la que comprara sagradamente la SOHO. Habían organizado un sistema de préstamos en donde solo me la dejaban a mi 15 días, para después hacerla circular de mano en mano sin necesidad de pleitos. Después de algún tiempo la revista volvía a mi casa, pero ahí si, yo me cuidaba mucho de tocarla. Yo colecciono la SOHO por los artículos, pero no puedo jurar que todo el mundo haga lo mismo.

El asunto es que mis amigos allá jamás se escandalizaron por las SOHO de mi casa. De hecho, era un buen tema de conversación y era una buena manera de empezar o terminar las borracheras (sin detalles). Acá, bueno, acá están arrumada en mi cuarto….esperando.