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Monday, November 20, 2006

The Prestige

Piense por un minuto en el amigo perro que todos tenemos. Eso si, en el amigo, hombre, perro que todos tenemos. Y permítame, por supuesto, ser un poco tendenciosa en este post. Yo se, lo se, que las mujeres también podemos jugar ese juego, pero lo cierto es que para este ejemplo, me sirve más la figura masculina del perro.

Entendámonos. El perro, es aquel personaje que logra acostarse, o por lo menos rumbearse de manera muy explicita, a una niña completamente desconocida hasta esa noche. En este mundo, con google y demás, conseguir un teléfono, o averiguar donde vive una niña linda no es ser perro, es ser un geek.

La parte importante de la definición del perro, es que lo logra en una SOLA noche. O tarde, o almuerzo, o comida (así suene redundante). Todos sabemos que las mujeres tarde que temprano caemos por el oído. Así que alguien que se tarde 6-8 semanas no es perro. Es un tipo normal. El que estamos discutiendo acá es ese que es capaz de meterle velocidad al asunto, y logra avances únicos en pocas, muy pocas, horas. Además, normalmente no tiene todos los atributos que uno consideraría útiles para tal labor (no es que uno les pueda decir, lindos, lindos). Son como magos.

Ahora, estamos claro que todos tenemos un amigo perro. Todos.

Piense entonces en su amigo perro, y piense por un momento que las leyes del universo se tuercen un poquito a su favor (suyo, de él) y entonces el juego es un poco más fácil.

¿Cómo?. Fácil.

Piense por ejemplo que dicho personaje tiene ahora la posibilidad de saludar de beso y abrazo a toda mujer que conozca, potencial victima o no. Es decir, piense, que de entrada el sujeto reduce los 15 centímetros mínimos que hay de separación personal entre cuerpo y cuerpo. Terreno ganado que, si es el perro que todos conocemos, no dejara perder, pero ni a balazos.

En este nuevo universo paralelo el perro tiene la posibilidad de ser todo lo cortés que quiera ser, sin que eso suene a malintencionado. Ya saben, nada de “un favor, por otro favor”. No, es genuina cortesía. O al menos, está seguro que toda víctima lo verá así: pura y genuina cortesía. Es decir, el perro podrá abrir la puerta del carro, cargar la mochila, dejar que caminen adelante, dar la mano para bajar o subir un escalón, todo lo que se quiera, sin que nunca ninguna mujer piense: “este huevo quiere sal”. Jamás.

Ahora las reglas reclaman, además, que toda víctima en realidad tendrá un complejo de princesa de cuentos difícil de superar. Así, toda mujer esperará genuinamente ser rescatada. Toda. Sin excepción. De alguna manera, o de otra. Pero el papel de la “rendición” estará presente en toda relación que el “perro” pueda establecer con alguna otra mujer. Victima o no.

¿Qué sería de un mundo con perros y semejantes reglas?.

Allá, de seguro, una hecatombe de embarazos, relaciones fallidas, onestandnights, llantos, confesiones prematrimoniales, excomuniones, separaciones, y demás. Miles de shows de medio pelo más sobre el falso feminismo que nos caracteriza, y muchas más canciones a los perros, cantadas por la mismísima Helenita Vargas, que ya bien nos dijo una vez “usted es un mal hombre, sin nombre” (qué es eso, si no un perro??)

Acá?.

Acá sólo me alegro que no haya tanto colombiano como a veces parece. Por que si ya sólo entre ellos, son 110 millones de personas, y el mexicano en general desaprovecha todos, todos, estos papayazos (con o sin albur, depende de ud). Imagínese lo que sería de este país donde los hombres, aprovecharan en realidad todas las ventajas que tienen respecto al género femenino.

Normalmente sólo pienso en esto, cuando veo un amigo perro “colombiano” en acción en esta tierra. A veces creo que en secreto también le llaman “el paraíso”.

Y que levante la mano el que así lo crea.

5 comments:

patton said...

Estoy empezando a creer que nací allá y hubo una confusión intercontinental de cunas y crecí acá. O tal vez es que tenga que vivirlo para entenderlo.

No, hoy no levanto la mano. Pero me gustó lo de "falso feminismo".

Anonymous said...

me encantó este escrito.... pues yo cuando voy a Mexico suelo pensar que hay mujeres muy lindas, pero todas ya aparecen en televisión y dejan las calles vacías... por el contrario, para un cnetroamericano cachorro (o aprendiz que quisiera haber crecido y llegado a ser yo no sé que tipo de perro) llegar a Colombia fué como entrar al 7mo. cielo, y sentirse rodeado de flores por todas partes... y pretendí hacer cacería sólo a una, la elegida, y el elegido fui yo, para que me montaran collar, digo, argolla... digo, collar... y levanto mi mano, pero la argolla calló en la sala y en desuso hace mucho... pero el collar sigue aquí.

Frau Rodriguez said...

levanto la mano.
por algo conseguí marido aquí y no en el osíarap*.
el comentario de soychapin completa el desconcierto de la revelación de este post.

*el inverso del paraíso, que me parece que es para nosotras las mujeres.

feliz semana, donia maja

Andresiux said...

Mira que ese post es de enmarcar. No es que los otros no merezcan dicho honor pero es que salió con ese picantico.

De todas formas que no quede en el aire que el sexo opuesto también tiene menudos ejemplares que hacen aullar hasta el mas machote!!!

Buena Semana Majita querida!!!

Juan Felipe Chamorro said...

Excelente!, qué buen post carnal!!

Me quedaron eso sí, dos pregunticas:

1. Las colombianas siempre malinterpretan la simple cortesía??... o sea, al ser cortes con una niña le estoy mandando 'señales'??. Te juro que no sabía porque yo suelo hacver todas essas cosas que dijiste con la inmensa mayoría de mujeres...

2. Y el desaprovechar todos esos papayazos no obedecerá al hehco de que lass mexicanas dizque no son muy agraciadas??.... digo, eso me han dicho; que las niñas de po'allá no son ni la sombra de las de po' acá (que son divinas)...

Dos pregunticas nada más.

Saludos :)