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Wednesday, December 12, 2007

Y volver, volver, volver....

Lo malo de viajar por el campo mexicano es que no importa cuanto llores, patalees, hagas pucheros, protestes, te enojes, te quejes, rezongues, ruegues, supliques, pidas por favor, por favorcitooooooo, suspires, pestañees, coquetees, utilices psicología inversa o en definitiva intentes un ataque por sorpresa, JAMAS un hombre de campo mexicano te dejará viajar en la parte de atrás de una Pick-up. JAMAS. A mi me lo dijo de entrada el primer “productor” (a.ll.a campesino) que tuve que visitar: “nooooo, niña, en esta tierra las mujeres viajan adelante”. Y de ahí no saque a ninguno de los otros como 8 que conocí en el viaje. Nada. Nada los mueve de ahí. Tengo miles de fotos con cara de aburrida viendo en espejo retrovisor de la camioneta, mientras oía como los hombres, atrás, se divertían, y tomaban en camino como parte del paseo. Pero claro, yo, tenía que ir adelante....

Lo aterrador de viajar por el campo mexicano es que nada se parece más a un viaje entre Bogotá y El Socorro que la Sierra de Guerrero acá. Incluyendo volver a ver batallones, retenes militares y carreteras militarizadas. Llenas de curvas asesinas, de esas en donde hay abismo a ambos lados, y uno no termina de entender cómo alguien construyó una subida por ahí. Pero militarizada al fin y al cabo. Honestamente, en vez de sentir la nostalgia que se supone que un uniforme camuflado produce en mi (mejor ni pregunten) lo que sentí fue una inmensa tristeza. Es tan triste ver que todos nuestros errores, no han servido para nada. Este país se enfila a la misma historia con un caminado tan igual, que es increíble que lo crean coincidencia. Ya tienen hasta carreteras militarizadas, que adivinen qué buscan: cultivos ilícitos. Tan triste.

Lo verdaderamente sorprendente de viajar por el campo mexicano es constatar que el campesino mexicano NO ES, a pesar de la violencia que ya lo asecha, desconfiado. Gente más amable no voy a volver a encontrar. Lo juro. Y eso que también juro que la gente que he conocido en la ciudad se pasa de buena gente. Así. Pero ya se que en el campo el asunto se potencializa hasta ese punto en donde uno se siente incomodo. De verdad, en algún momento alcanza a pedir que “por favor, no me quiera tanto”. Sobre todo después del segundo pozole, el quinto mezcal, y como la 16ava bandeja con taquitos de canasta. Ya no más, que se nos acaba el amor de pura indigestión. Pero es tan bonito ver lo amable que es la gente de campo, el saber que eres bien recibido en todas partes, el entender el código de honor al saludar al extraño...que en algún punto, hasta te reconcilia con la humanidad.

Lo bonito de viajar por el campo mexicano es justo eso: viajar por el campo mexicano. No es la mejor fecha, lo admito, por que el cambio de temperaturas del calor del medio día a los pinches 2 grados en las madrugadas me van a provocar no una gripa, sino una pulmonía triple. Lo se. Pero aún así, el paseo, el camino, las carreteras (nos llevan AÑOS en ingeniería civil, hay que admitirlo), los paisajes, la Sierra, la gente, los mapas, las iglesias, los pueblos, las flores, los campesinos, las vacas y hasta los arbolitos de navidad sembrados en fila india me tienen enamorada. Así de simple. Sobreviví, sepa dios cómo, a toda una semana a punta de mezcal desde las 11 de la mañana (por que ya se acabó el día), de pozoles a toda hora, de comidas en cada esquina, de horas y horas de carrretera, de señales esquivas (lo único es que no dejes de ver nunca el nevado), y de un viaje de maravilla. Yo no quería volver. Es que de verdad creo que volví a sentir que uno tiene que vivir en este país antes de que sea demasiado tarde.

Y como quisiera que uds, allá, pudieran levantar la mano. Lo único que le faltó a este viaje fueron los amigos de siempre, que me quiero traer, para dejar de sentir que sólo yo estoy invitada a esta fiesta. Poca madre, y todo, pero me faltan todos.

PD: Pa evitar más quejas con la administración, poco a poco voy subiendo fotos ACÁ.

4 comments:

Alrevez said...

Ahora es preciso cuando entiendo por que andas tan reivindicada con el universo!

patton said...

Que buena forma de pasar el cumpleaños!

No le digo que "feliz cumpleaños" porque por lo visto lo fue.

Mafe said...

Por eso es que no hay que perderle la fé a la humanidad maja, somos mas los buenos que los malos.
Ole, y que paseo tan del put's!

Martica said...

Me dejan pensando tus palabras que ahy que disfrutar de México antes de que sea tarde.... es bien lindo mi México y sin embargo, ahora no estoy en él. Lo extraño un montón, y pido a Dios que todas esas señales de muerte como es la militarización en ciertas regiones de México, desaparezcan. Que la sencillez y bondad de la gente buena se multiplique para generar más vida y esperanza; para seguir disfrutando del verdadero México: calurosos y fraterno.

Abrazos fraternos.