Cinco consejos prácticos al jefe que tiene que viajar “a la tierrita”.
- En Colombia se coje y se tira. Así, sin eufemismos. No abrá los ojos (que no le van a echar gotas) por que no le dicen “agarrar” o “aventar”. Ni en sueños alguien le va a decir que le “aviente” algo. En honor a la verdad, y teniendo en cuenta la gente que va a ver, espero que tampoco le digan que algo como “tirame ese lápiz”, pero no sobra avisar. Allá, hasta los ascensores, se cojen.
- La chaqueta es un bien. Un bien material. La venden en la calle, la gente la usa, y con toda seguridad alguien le va a recomendar en algùn momento que “saque una chaqueta por que afuera hace frio”. No se espante. Si, acá también es otro bien, pero es distinto. Allá es comercial el asunto.
- Dada la gente a la que va a ver, de nuevo, lo van a tratar bien, claro, faltaba más, con lo querido que es México por allá, pero tampoco espere que le pidan “que si eres tan gentil, amable, y acomedido”, o le digan que su casa es mi casa, o esas cosas. Nop, allá un por favor, un gracias y pare de contar. Lo demás, siempre nos ha sonado a lambonería.
- Tampoco se estrese tanto, nosotros crecimos con Plaza Sesamo versión mexicana, con el Chavo y con Cantinflas. Nos sabemos más rancheras que ustedes (es un tema comprobado) y creame, nos parecemos un jurgo. Se va a sorprender de cuánto lo van a entender.
- En seguridad lo ùnico que tiene que hacer, es no dar papaya. En corto, siga las recomendaciones que le dan los de allá y tenga siempre en mente que bobo no es el que silva, sino el que voltea a mirar. Con eso, estoy segura, pasará invicto. (tengo como 15 días para de verdad explicarle la expresión “no dar papaya”).
Sobra decirles que me carcome la cochina cochina cochina envidia. Pero bueno, aprovechare para unos “encarguitos”.