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Tuesday, September 08, 2009

He acá una confesión.

He descubierto que me molesta un poco que mis amigos se casen. No mis amigas, porque, afrontémoslo, soy la única entre todo mi grupo de amigas, que siempre ha sostenido que está muy en desacuerdo con la “institución del matrimonio”. Yo siempre supe que todas mis amigas se casarían. Incluso algunos de sus esposos me caen tan bien, que realmente lamentaría que algún día entraran también en la etapa “separación”.

Pero yo siempre he sabido que mis amigas se casarían. Mis amigos no. Se supone que eran más pragmáticos!!. Vamos, se pasaron años enteros de nuestras vidas – entre que nosotras teníamos 18 a 25 – diciéndonos que deberíamos aprender a pensar como ellos, a ser prácticas, pragmáticas y demás bobadas, y ahora que todos tenemos 30, les da por ser ellos los románticos y cursis que andan proponiendo matrimonio??.

Casi parece traición. A mi no me molesta que hayan escogido una novia para vivir con ella, o que estén perdidamente enamorados. Me molesta que sean los primeros en votar por la opción del matrimonio!!. Entre estar “locamente enamorado” y casarse hay diferencia. Lo primero es Juan Gabriel. Lo segundo es falta de sentido común. A uno le puede gustar Juan Gabriel, no tengo problema con los gustos de mis amigos. Me estresa un poco, en cambio, que les falte el sentido común.

Me estresa, en especial por que los amigos cercanos cuando se van a casar te agarran de confidente-amigaqueacompañaacomprarelanillo-pañodelagrimas y demás. Y eso es, bueno, una patada en el hígado. Así de simple. Y me recordé el tema por que la semana pasada me llamó un amigo a decirme que tenía que hablar conmigo de un tema importante relacionado con su novia. Novia con la que lleva como 4 años.

Me preocupe tanto que en la mitad de la conversación y viendo que aún no salía el tema del matrimonio, fui yo quien sacó el tema en la conversación

- Yo: Y cómo va fulanita?
- Bien. Estoy pensando mucho en ella ahora
- Yo: Pa cuándo la boda o qué?
- Para nunca. Ud me conoce.
- Yo: Ah?
- Bueno, pues que jamás he creído en la institución del matrimonio.

Resulta que todo el tema es que estaba pensando en cambiar sustancialmente de trabajo y no sabía como decírselo a la novia. Pero NO estaba pensando en comprar anillo, dejarse arrastrar a la iglesia, y demás. No.

Todo esto para decirles que también tengo los mejores amigos del mundo. Incluso cuando deciden casarse….eso sólo se pasan de cursis.

1 comment:

La niña de los ojos tristes said...

A mi tambien me molesta a veces jaja, pero por distintas razones :P