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Friday, June 12, 2009

Epifania en Jeans

Para explicarles la historia de este post, necesito contarles varias cosas previas.

La primera de ellas, es que quien les escribe acá es una de las personas más fanáticas de los jeans que puedan conocer en la historia. Desde los 11 años (edad, en la que recuerdo tome la decisión de no usar más faldas) hasta las épocas en que nos obligaban a ir a los parciales en minifalda (no pregunten) la verdad es que yo siempre siempre he defendido las múltiples ventajas de unos jeans.

A saber:

  • No hay jean que con una camisa bonita y unos zapatos decentes, no se vea bien
  • Son cómodos
  • Sirven para toda ocasión
  • Son muy cómodos
  • Sirven para toda ocasión
  • Son muy cómodos
  • Ahh y si, hay unos muy bonitos.

Eso había sido una constante en mi vida.

La otra cosa previa que necesito que entiendan es que yo siempre he sentido algunos momentos “decisivos” de los que después soy capaz de acordarme por años. Yo los llamo “pequeñas epifanías” aunque estoy segura que en algún punto estoy pervirtiendo el concepto original. Les digo, soy capaz de acordarme de cuando decidí que no más faldas….o cuando decidí que en efecto salir con hombres casados era mala idea, o que de verdad lo mejor que uno podía decirle a las drogas era no, o que mis amigas tenían razón y yo llevaba diciéndole no a otras cosas más entretenidas….y así. Podríamos decir que yo colecciono pequeñas epifanías, que hacen mi vida más sencilla por que me evitan seguir dándole vueltas a un asunto: eso ya lo se.

Bueno, pues ahora entendiendo eso a lo que vamos. El viernes pasado tuve una pequeña epifanía. La única “que dolió” de la colección. Por primera vez en mi existencia fui conciente de que NO podía usar Jeans para ir a un evento. No esperen. Es que fue peor.

Tenía un evento en el Palacio de Bellas Artes. Ya saben, una presentación, mitad laboral, mitad vida social lagarta y yo no había decidido si iba a ir o no. Pero en determinado momento, justo cuando dije, “ok, vamos”, sentí que lo primero que tenía que hacer era largarme a mi casa a cambiarme (yo si soy capaz de venir a mi oficina de jeans y tennis) por que no había forma de que me apareciera allá con esa pinta.

Me hago entender?. Yo sola pensé eso!!. Nadie nadie me dijo “pero cámbiate”. Es más, estoy más que seguro que un par de compañeros habían asumido que yo iba a ir en jeans. No hacia menos de 15 días había terminado en EL evento en pleno ministerio de hacienda y yo de convers….

Sin embargo, algo para este evento me dijo “no, cámbiate”. Y fue peor, por que aunque en efecto en el evento había mucha gente elegante, lo cierto es que era una cosa artística, así que también había muuuuuuuuuuucha gente, si, adivinaron, de jeans.

Carajo….odio sentir así, tan de lleno, tan en la cara, que en efecto caminamos ya más en la senda de la “adultez” y que son más los pasos que hacemos hacía al frente, que los que podemos hacer para retroceder.

Levante, por favor, la mano quien me entienda.

4 comments:

Salvador said...

Hasta acá se oyó algo que murió dentro de usted...

FerGil said...

Agh, yo también llegué a mi propia epifanía de los jeans, pero desafortunadamente no es algo que se sienta bien-bien... no sé, estando en el medio del arte, siempre me pregunto a qué lado de mi mente hacerle caso, en cuestiones de moda y demás... facha-jeans? adulto-casual? (jamás llego al nivel poser-traje)

Mafe said...

Been there, done that.
En esos casos, hay una sola cosa que pensar y una sola que decir:
Pensar "marik! a que hora me volví así??!?!?"
Decir "Yo??? elegante??? no, lo que pasa es que después de esto salgo para un matrimonio..."

clonada said...

venga, instale un boton para "levantar la mano" en su blog.... totalmente la entiendo, yo ya voy en una fase mas avanzada en donde pienso: estos chinos no tienen ni idea, es que en mis tiempos si era .... chevere??? ayy noooo, ya hablo como mi papaaaaaaaaa