Si yo me metiera al narco justo en
este momento de mi vida no me haría llamar “la colombiana” sino “la 33”. Con el
beneficio añadido de tener al mismo tiempo toda una banda sonora garantizada. Y
Slogan: “Oooyeeeee Góoooozalo”, que no estaría nada mal para una novata en
el mundo de la ilegalidad.
El asunto es que me gusto y mucho cumplir 33,
por que me gusta y mucho la persona que soy ahora. He ahí una verdad: esta que
soy yo ahora me gusta mucho más que la que cumplió 30 años creyendo que ya
empezaba a llegar tarde a un montón de temas.
La interesante del tema es que cuando cumplí 30
años yo creía tener muchos temas resueltos, una estabilidad laboral y ya una
forma de pensar. Ahora, a 3 años, no tengo nada de lo anterior, pero me siento
mucho más cómoda con esta “piel que habito”. No deja de ser irónico que uno se
sienta más tranquilo con el desorden que en una casa limpia como tasita de té.
Me gusta responder a muchas preguntas con un “pues
ya no se” pero poder imponerme retos y vencerlos. Y como siempre, nunca tomarme
demasiado en serio.
De las celebraciones como tal es poco lo que
puedo contar, excepto que la publicidad tenía razón y no hay NADA como una
campaña de recordación. Los regalos este año que me puse a hacer bulla sobre mi cumpleaños con todo un mes de
antelación fueron los mejores regalos en AÑOS. Serio. Cada uno mejor que el
anterior. Punto para las campañas de recordación y para la tranquilidad de
pasar el día acompañada con esta gente que quieres.
Y hasta tembló!!. Lo que le da una nueva
dimensión a la pregunta “y dónde te agarró el temblor”.
Sólo quería pasar por este espacio para recordármelo.
En esta ventanas de cursilerías que ahora me permito (cada vez más seguido) me
pareció importante dejar un registro de lo bien que se sintió llegar a la edad
de Cristo rodeada y acompañada de la gente que quiero y esta cerca y de la
gente que extraño por que esta lejos, pero siempre tan presente.
Levante la mano el que me entienda.