Vivir por el sur de la ciudad es otra cosa. Yo me había acostumbrado a vivir en uno de los barrios “turísticos” del D.F y se me había olvidado lo que es vivir en un barrio “real”, en donde vive eso que los economistas llaman “clase media”.
Ahora que vivo ahí me han pasado las cosas más curiosas en bici. A las mujeres y hombres “de familia” les molesta mucho ver a alguien en bici. Creo que uno es la manifestación rodante de todo lo que ya dejaron atrás. Uno va solo, más rápido, saltándose las reglas, disfrutando el vientico, a cierta velocidad y oyendo buena música en el ipod; y ellos van atorados en el tráfico, con un niño atrás haciendo escándalo, chupando todo el calor de la humanidad, oyendo malas noticias en la radio. Pues sí, verte rodar les tiene que podrir el alma.
Por eso es que me ha pasado lo que me ha pasado:
- · Una señora en un carrito blanco intenta meterse en el carril reversible (donde yo voy). Como lleva la ventana abajo oye perfecto cuando le grito “este no es su carril pendeja”. Aclarando que se perfectamente que TAMPOCO es mi carril, pero yo SI quepo!!. La vieja se ofende por “mi grosería” y decide echarme encima el carro. Yo me subo al andén (la banqueta) y ella hace lo mismo. Cuando me doy cuenta que subió el carro a la banqueta freno y le grito “A ver, atropélleme si es tan valiente”. Lo que la vieja hace es apagar el carro y bajarse. A la fecha sigo sin tener claro si la vieja quería agarrarme y cachetearme o sepa dios que me iba a decir. El caso es que cuando veo que se baja del carro, yo me subo a la bici, arranco (10 veces más rápido) y le grito “ahí te ves pendeja”. A todas estas la señora traía a su hija como de 5 años atrás en la sillita en el carro. GRAN ejemplo para las nuevas generaciones.
- · Un tipo saliendo del Walmart en Avenida universidad ve que yo voy rodando por ahí y aún así saca el carro. Freno y lo dejo pasar por pura “presión de las latas”. Pero el tipo lo único que hace es salir y estacionarse en doble fila. Por qué?. No lo se, es un misterio. Con toda la parsimonia del siglo se estaciona y empieza a prender un cigarrillo. Cuando el tráfico me deja paso al lado y también le grito “eres un pendejo”. Y la solución del tipo es escupirme. ASI. TAL CUAL. Me acuerdo y me da entre risa y asquito. Por supuesto ni me dio, pero vi perfecto el gesto. ASCO.
- · El clásico “adulto contemporáneo ejecutivo” en un carrito rojo (nótese q es en lo único que yo me fijo de los carros) se emputa porque me estoy moviendo como 10 veces más rápido que él en el tránsito y decide meterse en el carril reversible (de nuevo) y jugar a tratar de alcanzarme para luego frenar y hacerme frenar. Así, tal cual. Carreritas con una bici. No jodas cabrón!! Qué tan chiquito lo has de tener que es TANTA tu necesidad de superioridad?. Me aburro al segundo frenazo, cambio de acera e igual lo dejo muy muy atrás. Suerte en la vida con ese trauma compadre.
Lo cuento aquí por que hoy se hace el lanzamiento de una idea que me parece muy bacana. Hicieron un libro que se llama “Por mi ciudad en bicicleta” y reúne historias así de gente de todas las condiciones sociales que usa la bici para moverse todos los días. Yo estoy segura que si uno juntara muchas historias de este tipo, por lo menos le sale algo entretenido.
Así que bueno, hoy vengo a dejar mi aportación al tema.
Y que levante la mano el que me entienda.