Tal como les decía en el post anterior, uno de los
beneficios que ha traido a mi vida la pulserita nazi es fijarme en mis ciclos
de sueño. Y por lo tanto, ahora me fijo en mis ciclos de descanso y sobre todo
en mis días de cansancio absoluto.
Cada vez me pasa más que mi cuerpo y mi mente me piden
vacaciones. Un descanso. No hacer nada, no pensar. Dormitar y ser lechuga
frente a la TV.
A medida que aumentan mis niveles de cansancio empiezo a
apreciar mucho temporadas como la semana santa, que te dejan descansar y
desconectarte, justo cuando el primer semestre del año parece imposible de
sobrevivir.
Y pensando en mis niveles de cansancio me di cuenta que si
tengo clasificados los 5 momentos más cansados de mi vida. Es un top 5 con los
que comparo después todo momento “muy agotador” para ver si estoy exagerando o
de verdad me estoy acercando a un “me revente” tanto físico como mental.
Este es mi top 5 de momentos muy muy cansado.
1.
Después de sobrevivir a la primera elección que
ganó el Sr. AUV.
Fueron como 15 días de no parar. Trasnochar
y madrugar. Yo estaba muy chiquita y aguantaba bastante ese ritmo loco de una
campaña, pero en esos últimos días, le agregamos el componente presión y el
componente de seguridad a extremos absurdos y entonces si me acuerdo que me
revente. Cuando se acabó la campaña estuve dos días completos tirada en una
cama sin la capacidad física de moverme. Ya no digamos pensar. Fue la primera
vez, plenos 20 años y un corazón vagabundo, que me di cuenta que uno si se
puede reventar.
2.
Después de 5 días en NY. La verdad es que me
revente a conciencia. Sabía que yo ya no estaba para esos trotes, pero me
aterraba la idea de dormir y dejar de ver NY que estaba ahí afuera. Además un
par de días me levante muy temprano y camine a niveles ilógicos. Creo que si me
recorrí al menos Manhattan. Y claro, para el 5 día me sentía físicamente
enferma. Como si fuera yo la que corrió el maratón. Fue la primera vez, además,
que no me queje por la reventada. Yo sabía que iba a pasar y quise tomar esa
ruta. Lo que no significa que después me pasara toda una semana tratando de
recuperarme.
3.
Después de la celebración de los 200 años de
independencia y los 100 años de la revolución mexicana. La verdad es que fue
muy agotador todo ese año. Sacar adelante la agenda de eventos, controlar
presupuestos, ir a licitaciones y además hacer tu trabajo. Para cuando acabaron
los festejos me tome 4 días en una playa en donde no hice otra cosa que
dormitar viendo el horizonte. Un abrazo solidario a los que sabemos lo que es
trabajar en fechas en donde todos los demás se divierten. Al final, el más
reventado eres tú.
4.
Durante lo peor semana de enfermedad de mi papá.
En su primer infarto (no olvidar que lleva 4). Yo estaba en la universidad y
creo que nunca había pensado en serio que los padres son mortales. Y por
supuesto, la primera vez que te enfrentas a esa idea es completamente
aterradora. Fue,, además, una sucesión de eventos que llevaron a una operación
a corazón abierto. Lo recuerdo como una de las épocas en que menos dormí, pero
afortunadamente estaba yo joven y en realidad el cansancio era más esa mezcla
de estrés e impotencia que siempre te da cuando te das cuenta de que alguien a
quien quieres mucho está muy enfermo.
5.
Después de recorrer 110 kms en bicicleta hasta
Pachuca. La verdad es que fue culpa mía por que aunque había entrenado mucho
para eso, en los 8 días antes de la carrera me descuide mucho y me enrede en
una historia (jijijij) que poco me dejaba dormir. Y pues si, mi cuerpo aguanto
los 110 kms por que yo había entrenado, pero de regreso sentía que las
articulaciones se me iban a desprender. Además, me insole. Así que creo que
hasta fiebre tenía. Una cosa horrible que me enseño el por qué a los
deportistas antes de eventos importantes los llaman a una concentración y no
les dejan distraerse. No sólo de entrenar se vive.
Y uds tienen un top de momentos muy cansados?
Levante la mano el que me entienda