Yo todavía recuerdo las caras de espanto de los mexicanos, hace 4 años, cuando yo, recién desempacada en esta ciudad, les contaba las cosas que había vivido en Colombia en los 90´s y después trabajando donde trabaje.
Tengo grabado en la memoria (y mi memoria se diluye con el alcohol) la cara de 4 mexicanos mientras les contaba lo que es estar en una ceremonia en la que empiezan a llover cilindros de gas de la guerrilla.
Todavía recuerdo el asombro de cierto colega al que le conté mi miedo y paranoia por los carros bombas.
Y claro, mi caballito de batalla siempre ha sido el haber salido de un país que se ve en la necesidad de tener equipos antiexplosivos en las entradas de los centros comerciales.
Hoy en México pasan cosas peores….y a mi me mata la tristeza porque ya no veo caras de espanto en ningún lugar.
Hoy los mexicanos conversan todas las mañanas sobre los descabezados que se cuentan en las distintas ciudades del país – incluyendo el D.F, como si ver gente muerta abandonada en un carro fuera una de esas cosas que pasan, en una ciudad de 23 millones de personas.
Hoy la gente del norte del país incluso supera tus historias de “notas rojas”. Y hay alumnos universitarios que caen muertos, y la conversación recae sobre si la trasmisión del funeral debía tener o no wifi. Pero nadie habla de cómo se han convertido en un país que ya no se espanta por un par de muertos diarios.
Yo odio ser ave de mal agüero, pero se los vengo diciendo desde hace 4 años.
De un país que tiene que militarizar ciudades, para garantizar que los ciudadanos puedan salir a la calle, a un país que necesita equipos antiexplosivos, no pasan más de 6 meses.
No pasa un año antes de que alguno de los que hoy atraviesa camiones y lanza bombas molotov, decida que si la guerra es guerreando, hay que volar a unos cuantos, y empiecen los coche bombas….
Me duele que los mexicanos se queden en las minucias….como nos quedamos nosotros. Están en el mismo punto en donde estábamos nosotros hace unos años, en donde si no había mas de 10 muertos, no era noticia, y menos de 20 no calificaba a masacre para nadie.
Jamás pensé que sería testigo presencial de algo como esto, pero ver cómo un país pierde su capacidad de asombro es la cosa más triste que me ha pasado en la vida.
Que levante la mano el que me entienda.