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Monday, November 03, 2008

Tepito

- Pruebe la mercancía guerita. Vea que es mercancía robada, pero no usada.

Con esta valiosa aclaración me recibió Tepito hace un par de semanas. Después de más de 3 años viviendo en México por fin convencí a un amigo de que me llevara a conocer Tepito. No fue un proceso fácil. Me toco jurarle que me iba a conformar con lo poco que vería:

- Sólo te voy a mostrar la parte en donde una niña tan blanca puede estar

México es el país de las valiosas aclaraciones.

El proceso de salir de mi casa a Tepito fue en si todo un operativo supervisado de cerca por mi amigo. ¿Cómo te vas a vestir?. ¿Tienes que llevar tu mochila?. Ok, entonces yo decido qué va dentro de la mochila. Por supuesto, las negociaciones por que me dejara llevar la cámara para tomar fotos fueron rechazadas. “No, si fuera con otro par de amigos te dejaba, pero yo solo contigo no me voy a poner a cuidar tu cámara”.

Misteriosamente, llegar a Tepito me pareció muy sencillo. Se llega en Metro. Es más, desde mi casa sólo es necesario un transbordo. 40 minutos, eso si, por que atraviesas toda la ciudad. Pero no es ni de cerca el trayecto más largo que he hecho en metro. Es más demorado llegar al Aeropuerto.

Sólo para que los de allá se ubiquen. Tepito es el primer San Andresito gigante que existió en America. Es un barrio dedicado exclusivamente al comercio ambulante (y en su mayoría pirata) que, según Wikypedia, está destinado al comercio desde 1856. El barrio es eso y más.

Cuando uno sale del metro lo primero que asombra es que los puestos semifijos en donde se ofrece todo tipo de mercancía están organizados de tal manera que forman pasadizos en donde los clientes recorren por cuadras enteras buscando mercancía. Y ud no ve la luz del sol. Los puestos están cubiertos por una lona amarilla típica de los tianguis de la ciudad. Dentro de esos pasadizos debe ser muy fácil perderse. Yo no lo hice por que, aunque iba caminando adelante, tenía a mi amigo amarrándome por el cuello (cómo niña chiquita) y con breves apretones guiaba mi paso. No, no te vayas más allá.

En realidad la oferta de mercancía es apabullante. Ves tantas cosas, tantas, tantas, tantas cuadras que en determinado momento decides no comprar nada. Te agobia. Son cuadras enteras de productos específicos. Cuadras de zapatos, de ropa, de mascaras (por Haloween), de comida, de tecnología (es cómo EL paraíso de la tecnología). Yo me detuve por voluntad propia cuando empecé a ver la venta de animales exóticos. ¡!Estaban vendiendo un halcón!!!. Mejor volvamos. Por qué?. Por que yo no quiero ver que me van a ofrecer después de ofrecerme un halcón. Prefiero quedarme con la duda.

Según mi amigo me falto llegar un poco más lejos con el tema de la ropa (supongo que los sitios en donde la ropa no sólo es robada, sino usada) y la zona de las películas piratas, que incluye un amplio surtido de películas porno (¿y yo pa que carajos quiero llegar hasta allá?). Y eso es sólo la zona en donde yo podía estar. Hay, al parecer, oportunidad de, literalmente, adentrarse en el barrio y conseguir todo lo que se te antoje. Claro, si logras salir vivo.

En realidad si estaba asustada. No del tipo de miedo que te paraliza, sino del que despierta todos tus sentidos al máximo. Te fijas a quien llevas detrás, quien te adelanta, quién está en las esquinas. Es decir, despiertas todas tus paranoias de seguridad y dejas que actúen. Como me devolví a la mitad del recorrido (la idea original era llegar hasta la otra estación del metro y ahí salirnos, no devolvernos) pude pasar 2 veces por el pasillo de tecnología. Curiosamente, abrumada con tanta información (recuerdo haber visto pantallas de plasma por 2,000 pesos mexicanos, unos escasos 150 dólares al cambio de estos días) lo único que si logró hacer que frenara fue la música de Super Mario Bross.

- Disculpe, cuánto por el juego de Super Mario Bross?.
- Es sólo un family
- Pero lo vende?
- Si, a 100 pesos (unos 7 dólares).
- Me lo llevo.

Desde entonces gastó las tardes de mis domingos en torneos de Mario Bross con el mismo amigo que me llevó a Tepito.

- Prefiero verte acá encerrada jugando que saber que te parecería fácil volver a Tepito un domingo cualquiera.

Es impresionante lo mucho que ese niño ha llegado a conocerme mientras jugamos Mario Bross.

4 comments:

ru said...

¡fuíste a tepito!!!!! pucha, qué envidia... yo si no tengo amigos que se arriesguen tanto... aún. bueno, gracias por compartir tu recorrido.

Anonymous said...

Yo no he ido nunca a Tepito!
Dudo que vaya algún día porque no estoy lista para tanta gente y tanto hacinamiento : P
Mi mamá contaba que de ropa y zapatos había cosas increíbles e inimaginables, habría que ver.

Mafe said...

Cuando ví el título alcancé a pensar que era el nombre de un muñequito de comics.
Pues sumercé, por eso se empieza, por un Mario Bros... después la Natalia viene a montarla y a ponerle apodos.

Yo veré el post del desayunito, jeje!

Sebastián Dávila said...

Sumercé. vine siguiendo dos títulos. Primero el del blog, porque tuve una mala experiencia con la Schengen y algunos países Europeos se frustraron de tenerme como invitado; pero esa es otra historia. Segundo, el de la entrada, que par ser sincero y cómo se iba desenvolviendo la entrada pensé que era un Narco mexicano y chiquito.

NO sé si conociste a San Victorino cuando era esa plaza llena de locales así parecido a lo que describes, pero seguramente no vendían halcones. Mi punto es que yo creo que si se anda "mosca" todo el tiempo, no pasa nada.

Saludes