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Monday, September 15, 2008

Esto de crecer

Yo soy el hombro donde llorar para mucha gente. Es algo que ya había dicho antes. Acá y en todas partes. Hace mucho el tema dejo de molestarme. La verdad es que las anécdotas sobre una proveedora que en medio de una cotización cualquiera me cuenta la triste historia de su hija, aún cuando es evidente que está en el speaker, pasan a ser algo valioso cuando tienes esa desagradable edad en donde ya te toca ir a almuerzos de trabajo.

El tema, además, me ha convertido en toda una experta en las frases de cajón. Seamos sinceros, a todos en determinado momento nos gustan las frases de cajón. Incluidme. Es cierto, hay días en que por más que uno valore el sarcasmo, una frase como “le mando mucha energía positiva” te salva del abismo. No es que uno se pase la vida esperando descargas eléctricas, pero a veces ayudan.

Así pues, yo me he convertida en buena reveladora de frases de cajón. “Tranquilo, que si la dignidad fuera fácil de adquirir la venderían en botellitas”, para alguien que lleva 3 meses arrastrándose pidiendo perdón. O “si claro, como el orgullo también da besitos”, para la contraparte que lleva 3 meses haciéndose la difícil. Y así. Yo tengo todo un repertorio de frases que la gente quiere oír cuando te está contando una historia triste. Admitámoslo, lo hacen por eso. Por eso gente desconocida te cuenta sus desgracias, para oír que una extraña es capaz de decir algo bonito al respecto.

El problema radica en que a medida que hemos ido creciendo los problemas se han ido complicando. Si, uds tampoco se están haciendo más jóvenes. Las vidas de las personas se están yendo a un lugar en donde yo no tengo ni idea qué decir. Qué le dices a alguien que a las 4 horas de conocerte te está confesando que su ex no le deja ver a su hijo y que es tanta su venganza que le dijo que el hijo no era suyo, pero tampoco deja que le hagan exámenes para saber. Qué puedes decir ahí, además, de “quieres otro trago??”. Cómo le dices algo tan estúpido como “tranquilo, que podría ser peor, podrían no existir las pruebas de ADN??, sin sentirte tu también un poco miserable. Pero es que, qué coños se yo de paternidad y separaciones?.

En qué momento las conversaciones con amigos los sábados en la noche incluyen separaciones, trámites de divorcio, la distinción entre separación de bienes y derechos de visita?. A qué horas dejamos de preocuparnos por el tradicional “y si no me llama al otro día” por “no me deja ver a los niños”??. Yo se con que frase de cajón salirle a una amiga que borracha se rumbea a un tipo que en realidad no le gusta. He estado ahí. Pero, cuando se trata de niños, ordenes de restricción, horarios de visita, derechos paternales, yo que coños puedo decir. El sábado no pude pensar en otra cosa que en “en serio, tomate otro trago?”.

El tema me asusta, además, por que es más que evidente que esto de la estabilidad emocional no es algo que se consiga con la edad. Y entonces, cuál era el punto de “madurar”?.

4 comments:

@LargoL said...

Maria Teresa y Danilo . . .

Ese hombre al que tu llamas padre, ese señor no es tu papa !!

Dra. Kleine said...

Es un ciclo mi querida chiquilla, el ciclo que no termina, por eso la historia de no acabar.
Cuidese ud, que terminará siendo como su servidora, la doctora corazón, especialista del alma y cardiologa por consejos.Jjejeje un abrazo!

Saudade said...

Es cierto.

Yo ya pasé toda la etapa donde mis amigos se casan, ahora la donde todos se divorcian.

Esperate a que se empiecen a enfermar, morir, etc.

La vida cada vez es más complicada.

JuanFalla said...

Y por qué es que hay que madurar?
Donde dice que es obligatorio?

La frase del trago no me parece nada mal.

Es mas, esa frase sirve para todas las conversaciones futuras, es perfecta. Va con todo.

Claro, el problema seria cuando un abstemio te este contando sus desgracias. Ahi se te toca: "Oiga, de verdad, no queire otro vaso de agua?"

;-)