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Wednesday, December 05, 2012

¿¿Economía del lenguaje??



Últimamente todo el que conozco tiene alguna queja sobre como la gente habla. En general el uso de muletillas al hablar es bastante notorio, sobre todo entre la gente que lee, así que al final uno siempre se está quejando del amigo que dice “entonces” cada 3 palabras.

De mi, por ejemplo, se burlan mucho por que últimamente mi adjetivo calificativo por excelencia es “raro”. Ando de un humor raro, la vida es muy rara, los manes son más raros que un perro a cuadro, y hasta hay días muy raros.

Pero si alguien ha llevado al extremo este uso de una sola palabra para todo (donde los colombianos con su vaina hemos hecho historia) son los mexicanos y sus usos “a según” la entonación de una misma expresión.
Por estos días de cambios de gobiernos y rebeliones la moda es protestar. Acá, cuando uno acepta un puesto público “toma protesta”, pero también si sale a la calle a vandalizar la ciudad andaba protestando. Y todos exigen el mismo derecho a protestar, hasta el punto que los titulares de los periódicos son un poco confusos. Entre los que protestan adentro, jurando cumplir con su deber, y los que protestan afuera, acabando con el mobiliario público, uno ya no entiende quien si y quien no tiene el legítimo derecho a protestar. Supongo que todos.

No se por qué, si el español ya se invento los verbos juramentar y vandalizar, en México TODO es una protesta. Uno no puede arrancar un cargo público protestando si después no tiene derecho a protestar acabando con lo que construyo, diría yo. No falta sino que alguien decida que esta a toda madre estar hasta la madre y quedamos en las mismas.

Por cierto, la rae dice que “juramentar” es la acción de obligarse con un juramente. Mucho más útil que la acción de obligarse con una protesta a estar en contra de los que están protestando. Confunde.
Yo sé que tengo que retomar el uso del español y expandir mis adjetivos calificativos más allá de raro, pero en serio México tiene que ampliar el uso de sus verbos más allá de protestar.

Levante la mano el que me entienda, aunque no es protesta.